10 de octubre de 2017

Calidad de vida urbana

Si el siglo XIX fue el siglo de los Imperios y el siglo XX fue el siglo de los Estados, el siglo XXI va a ser el siglo de las Ciudades, entendiendo como tales a las áreas metropolitanas.

Las ciudades de todo el mundo, mucho más estructuradas que un país o una región, se están esforzando -con mayor o menos intensidad- por atenuar el gran impacto del fenómeno de las aglomeraciones urbanas en todas las facetas de la sostenibilidad. Y en la sociedad del conocimiento van a ser las ciudades quienes compitan entre ellas para atraer inversiones y atraer talento. Para ello las ciudades deben buscar la excelencia, deben buscar la calidad social, urbana, económica y cultural.

Algunos estudios comparativos sobre calidad de vida urbana nos dan datos para la reflexión. La consultora Mercer publica anualmente su lista de ciudades con mejor calidad de vida en todo el mundo. El objeto de esta lista es que las empresas puedan calibrar las compensaciones a sus empleados desplazados internacionalmente por motivos profesionales.

Las variables consideradas en la elaboración de esta lista son:

- Entorno socio-político: estabilidad política, delincuencia
- Entorno socio-económico: normativa, servicios bancarios
- Entorno socio-cultural: libertades personales, libertades de medios
- Aspectos sanitarios y ambientales: servicios médicos, saneamiento, gestión de residuos, contaminación atmosférica
- Educación: calidad educativa, escuelas internacionales
- Servicios públicos: electricidad, agua, transporte público, congestiones de tráfico
- Ocio y cultura: teatros, cines, hostelería, deportes
- Bienes de consumo: alimentación, automóviles
- Vivienda: alquiler, mantenimiento
- Naturaleza y clima: zonas verdes, zonas peatonales, climatología, desastres naturales

Los resultados de los últimos años son coincidentes: entre las ciudades con mayor calidad de vida predominan ciudades centroeuropeas, seguidas de ciudades de Oceanía y Canadá.


Analizando las características de las ciudades más destacadas en estos indicadores de calidad de vida se pueden sacar algunos rasgos comunes:

- Áreas metropolitanas entre 1 y 2 millones de habitantes
- Inmigración, multilingüismo, multiculturalidad (perfil étnico muy diverso)
- Universidades, centros de investigación y empresas de gran reputación (para captar estudiantes, científicos y empleados extranjeros)
- Precio y calidad de la vivienda
- Oferta cultural, museos, equilibrio entre la vida laboral y personal, seguridad, baja criminalidad 
- Buenas infraestructuras, buena red de transporte público, calidad ambiental
- Gobernanza, responsabilidad, transparencia y participación ciudadana

Repasando estas características se pueden sacar interesantes conclusiones sobre la ausencia entre las 30 mejores ciudades de ciudades españolas, estadounidenses (alta criminalidad), asiáticas y latinoamericanas (alta contaminación atmosférica).

Todos estos factores son manejables por las entidades que gobiernan las ciudades (ayuntamientos, áreas metropolitanas), que se deben centrar en lograr que sus ciudades sean apreciadas como un territorio atractivo donde vivir, donde trabajar y donde divertirse. Algunas son a más corto plazo que otras, algunas requieren de colaboraciones público – privadas más que otras. Pero está claro en qué temas hay que trabajar con visión a medio / largo plazo y con altura de miras.

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